27 jul 2007

Sin título por el momento

Marcus Santoro bajo del automovil y se quedó sorprendido al ver el inmenso edificio, el C.E.A. leyó en grandes letras metálicas, en medio de aquel desierto. Esperaba encontrar una nave comercial con una casa adosada y al ver la inmensa y bien cosntruida estructura sus esquemas se trastocaron un poco.

La Owen Rio&Rio Company tenía contratado al GTS (Gabinete Terapéurico Salus) desde hacía más de una década. En realidad era Owen Rio III; dueño y presidente de la compañía quien los tenía contratados y a quien rendían cuentas, pero por algún motivo se le facturaba a la empresa.


Una vez al año Gailor Martínez se trasladaba a Eka-Paradiso a hacer la evalución de Owen R. Zouies; el primogénito de Owen Rio III, que recluido en aquel planeta de categoría B se dedicaba con ahínco a sus investigaciones, por supuesto, no sin antes haber firmado su renuncia al patrimonio oficial de Rio&Rio y comprometerse a no usar su apellido; el todopoderoso Rio. Cuando Gailor Martínez finalizaba su evalución, regresaba a Terra y se entrevistaba con Owen Rio III y le entregaba su informe, luego la GTS le facturaba una suma indecente y se olvidaban de Owen Rio III y de la Owen Rio&Rio Compañy hasta el próximo año. Gailor Martínez se hallaba hospitalizado desde hacía 2 días por un acidente de aero-surf. Todo estaba preparado, los billetes del crucero, la estancia en Eka-Paradiso, el alquiler de vehículo para trasladarse hasta la vivienda de Owen R. Zouies, todo menos el propio Gailor que yacía escayolado de píes a cabeza en el hospital de la GTS, así que en el último momento, y dado el desagrado con que recibió su todopoderoso cliente el hecho de que retrasaran la evalución, envíaron a Marcus Santoro.


Con tan poco tiempo Marcus apenas si pudo leer el grueso expediente de Owen R. Zouies. Ojeó algunos datos inconexos en su holo-tableta; Varon, 40 años standar-terra, carrera de astronomía y física - extrañas carreras para el supuesto heredero de uno de los mayores imperios terrestres pensó en aquel momento Marcus - instalado en Eka-Paradiso desde hacía doce años de los cuales no había salido ni una sóla vez, sin esposa, ni hijos, ni relaciones amorosas conocidas. Tan sólo un grupo de 4 ayudantes de laboratorio, que cambiaban cada año, y un puñado de servorobots de servicio y mantenimiento convivían en las instalaciones con él. El resto del informe hablaba de su estado físico, calificándolo de aceptable, de su estado psíquico, el cual decantaban a la neurosis enebrada con un montón más de términos ambiguos, y de sus investigaciones resumidas como una serie incoherente de estudios sobre disciplinas dispares.


Por eso, cuando Marcus Santoro bajó del automóvil, se quedó un poco sorprendido frente al edifício de 3 plantas con las letras metálicas de C.E.A. No recordaba haber visto por el informe alguna referencia al lugar donde Owen R. Zouies vivía e investigaba, y ni mucho menos esperaba una estructura de plastiacero de 3 plantas rodeada de lo que parecía un pequeño oasis forzado. No había duda de que aquel era el lugar;,había casi 200 kilómetros de arena desde la provincia de Nueva Cajún, que era el sitio poblado más cercano, hasta Elaperión, provincia en la que vivía su paciente y que por supuesto era propiedad de Owen Rio&Rio Company.


Marcus vió un pequeño techado de plastiacero y antes de que la tartana que le habían alquilado se derritiera al sol, lo aparcó al lado de otro 4 viejos automóviles; posiblemente de los ayudantes de laboratorio.


Un servorobot de vigilancia salió a su encuentro antes de alcanzar el vestíbulo de la entrada al edificio


-Buenos días señor - saludó el servorobot con su voz metálica y anodina - ¿Desea algo?


-Buenos días, soy Marcus Santoro, del Gabinete Terapéutico Salus y vengo a hacer la evaluación anual del señor Owen R. Zouies - dijo al tiempo que extendía la solicitud en un archivo holo-visual


-El señor Martínez se ha ocupado siempre de hacer la evaluación


-El señor Martínez está ... - Marcus iba a decir que hospitalizado, pero sabía lo lentos, curiosos y a veces lerdos que podían ser los servorobots de vigilancia, así que atajó cualquier interrogatorio sentenciando - está muerto y eso le impide acudir a su cita anual; yo he venido en su lugar.


-Ciertamente señor Santoro - sólo un robot podía usar una lógica tan aplastante de una forma tan natural - ¿Quiere hacer el favor de seguirme hasta el salón de invitados? El señor R. Zouies bajará en un momento


El servorobot de vigilancia lo condujo hasta una sala de color arena amueblada de forma espartana, unas cuantas butacas de un anodino gris y una oscura mesa de madera se repartían por la zona alfombrada que ocupaba casi todo el espacio. Marcus tomó asiento mientras consultaba en su holo-tableta el procedimiento a seguir. Tendría que haberlo repasado la noche anterior, pero cuando llegó a la única posada de Eka-Paradiso tan sólo pudo desmayarse sobre la cama, ni siquiera se desvistió. Al abrir el archivo del procedimiento a seguir, tan sólo encontró unas líneas escritas " Entrevista oral informal". Marcus empezó a ponerse nervioso, apenas llevaba un año en la compañía y no podía permitirse el lujo de meter la pata, pero no tuvo el tiempo suficiente, una voz lo interrumpió

-¿Qué ha sido del bobo señor Martínez? - Preguntó el hombre moreno que acababa de entrar en la sala

-¿Señor Owen R. Zouies? - preguntó al tiempo que extendía la mano - Soy Marcus Santoro del GTS y vengo en sustitución del sr. Martínez

-Si si si - respondió Owen al tiempo que hacía un gesto de desdén a la mano tendida de Marcus - me alegro de conocerle y todo eso ... ¿De verdad se ha muerto Martínez? - preguntó en tono irónico - Davinchi cree que usted le mintió, ya sabe como son los armatrostes de vigilancia...

-¿Davinchi? ¿El servo-robot?

-Es más fácil ponerles un nombre que llamarlos por sus nombres de fábrica; a ellos no les importa, son sólo unas cuantas líneas más en su programación.

-Bueno, creí que sería más rápido decirle que había muerto que tener que darle más explicaciones ¡Me extraña que no replicara si sabía que estaba mintiendo - Marcus miró con detenimiento al hombre. Era alto, de complesión delagada y fibrosa con una cara vulgar y un entrecejo continuamente fruncido. Hacía mucho que no se cortaba el cabello a tenor de la larga coleta que colgaba de su espalda, y sus ojos, de un extraño lila, posiblemente sintéticos, producían en el una desazón que no lograba concretar. Owen se sentó en una de las butacas frente a él

-Mis robots no son unos pedantes idiotas; hace tiempo que los reprogramé

-Creía que estaba prohibido... - pero no acabó la frase, estaba hablando con el que hubiera sido el heredero de La Owen Rio&Rio Company; a este tipo de personas les era indiferente donde comenzaba o acababa lo legal o lo ilegal - Señor R. Zouies sepa que no he tenido tiempo de preparar nuestra evaluación, me avisaron no hace ni dos días y apenas si estoy familiarizado con su expediente... - iba a seguir añadiendo frases hechas de disculpa, pero su interlocutor lo interrumpió

-Yo se lo concreto: Mi padre les paga para saber que estoy bien, no más chiflado de lo habitual, que no hago investigaciones que puedan poner en peligro sus negocios, que no tengo pensado molestarles con mis derechos de nacimiento y para saber las conclusiones de mis investigaciones; ¡Nunca se sabe que puede ser de utilidad! ¿Ha tenido tiempo de leer las conclusiones de mis investigaciones del año pasado?

-Bueno señor R. Zouies - Marcus puso su mejor tono de disculpa, Owen parecía un hombre bastante equilibrado y razonable hasta el momento, pero no podía dejarse llevar por las apariencias; si su padre exigía una evalución anual devía de haber un motivo - ya le dije que apenas he tenido tiempo de familiarizarme con su caso

-Yo le ahorro el trabajo. El señor Martínez se llevaba una copia de mis investigaciones, me hacía un chequeo médico con el MediKey, luego charlabamos un rato, apuntaba 4 tonterias y hasta el año que viene.

-Evidentemente nunca ha habido quejas a cerca del trabajo del sr. Martínez, pero tampoco ha dejado mucha información a cerca del método que usaba con usted...

-Es que no había método ni nada por el estilo, son ustedes los esbirros de mi padre para controlarme, mientras yo cumplo mi parte del trato todo va como la seda, y ustedes se aseguran de que así sea, es parte del contrato. Tome - dijo tendiéndole un pequeño holo-chip de memoria - las investigaciones de este año

-Eh... gracias - cada vez se sentía más confundido, había esperado un neurótico Frankenste y aquel hombre casi parecía un científico serio. Marcús descargó el contenido en su holo-tableta y le devolvió el holo-chip - ¿Le importa qué le pregunten a cerca de que versan sus investigaciones?

-¿Realmente le importa?- preguntó Owen con una incredulidad burlona.

-Pues si, tendré que presentarle un informa a su... a La Owen Rio&Rio Company - pero ni el mismo Marcur se lo creyó, lo cierto es que empezaba a sentir un interés mal sano por su paciente. - Lo cierto señor Owen - se sinceró - es que me siento intrigado

-¡¡Vaya vaya!! Un terapeuta curioso ¡Cósa tan extraña!

-No tiene que hablar de ello si no quiere, no hay nada obligatorio en nuestra evaluación

-¡No me trate como una de sus tarados! Estas evaluaciones no son más que una pura y formal comprobación; no me he vuelto loco y sigo aceptando los términos del contrato, punto - por un moento pareció enojado - Pero si de verdad le interesa...

-¿Por qué un hombre que parece inteligente se retira un a planeta de segunda categoría a investigar en lugar de heredar una de las compañías terrestres más importantes?

-Ordalía ocupó mi lugar, ella siempre disfruto con los juegos de poder ¿Conoce a Ordalía Rio, no?

-Si, es la heredera del imperio de su padre, imagino que es su hermana..., pero me parece respuesta a mi pregunta

-No todos queremos dirigir el mundo Sr. Santoro. Yo gozo de fondos ilimitados para mis investigaciones y no tengo que preocuparme por quién me quiere arruinar, matar, encarcelar, engañar, estafar o el largo etcétera que acompaña a todos esos magnates de la industria; de eso se ocupará mi hermanastra Ordalía; si mi padre la deja algún día

-¡Extraño nombre para una mujer! - apostillo Marcus mientrs se iba sintiendo cada vez más relajado

-No crea, realmente es adecuado, el otro era Ofelia y a mi padre le pareció que tenía mal fario; ya sabe como acaba Ofelia... - Owen gesticuló imitando la cara de un muerto.

-¿Y qué investiga? - insistió de nuevo Marcus, y recordando las letras de la entrada pregunto - ¿Qué significa C.E.A?

-Centro de Estudios Adelantados. En los últimos años hemos estado investigando pautas de comportamiento a nivel evolutivo y actual

-¡Qué interesante! - mintió Marcus

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-Señor Santoro - Saludo Owen Rio III con una inclinación de cabeza sin levantarse - siéntese por favor - dijo señalando un sillón con desgana frente a él, y sin dejarle si quiera devolverle el saludo continuo - ¿Ha visto a mi hjo?

-Si Sr. Rio - Marcus Santoro tomó asiento y sacó de su bolsillo la holo-tableta - y he de decirle que se encuentra en perfectas ...

-¿Por qué ha retrasado nuestra entrevista 4 días? - Preguntó Owen Rio sin dejarle acabar con una mirada taladradora

-Acabo de llegar Sr. Rio

-¿Ha estado toda la semana en Eka-Paradiso? ¿Con mi hijo? - el ceño del hombre comenzó a fruncirse - ¿Sucede algo?

-No... - respondió Marcus - Su hijo me invitó a quedarme, y dado que no se especifica un límite de tiempo en nuestra evaluación, me pareció oportuno.

-Mire Sr Santoro, soy un hombre muy ocupado y no me gusta que se alteren mis planes, así que vaya al grano y cuénteme que sucede, pero por favor - recalcó en un tono frío y contenido - sea breve.

-¿Conoce los estudios de su hijo? - Le preguntó Marcus con un tono de casi fascinación al todopoderoso Owen Rio III

-Si, mis expertos los analizan y los siguen de cerca; teorías, tesis, e hipótesis sobre comportamientos y no sé que más; material para almacenar en polvorientas bibliotecas ¿Alguna novedad?

-Bueno... si las conclusiones de su hijo son acertadas... creo que si, que hay muchas novedades.

-Mire comecocos - el tono de Owen Rio III transmitía una furia contenida - le quedan 10 minutos, así que déjese de palabrería y diga lo que tenga que decir; prefería al idiota de Martínez - refunfuño por lo bajo, aunque no lo bastante como para que Marcus no lo pudiera oír.

-No es fácil resumir algo así. Las investigaciones de su hijo han llegado a la conclusión de ... ¿Cómo se lo diría? que no somos un planeta en si mismo, ni siquiera el universo es un universo tal como lo concebimos

-¡¡Oh Cielos!! ¿No me diga que se ha dejado liar con eso de que somos el mensaje y demás pamplinas?

-¿Usted lo sabía? - preguntó un Marcus anonadado - ¿Lo sabe?...

-Por favor Sr. Santoro. Mi hijo lleva años con esa estupida idea. Resulta que ahora la tierra no es la tierra, es el papel donde va escrita la carta, y la humanidad es el mensaje, vamos que somos las letras de la carta

-¡Pero he visto todos sus estudios! - respondió Marcus con insistencia - Hay más de 5 siglos de seguimientos evolutivos del comportamiento, tanto a nivel de regiones, países, poblaciones, como a niveles de una misma genealogía familiar. Y los patrones de su hijo siempre se acaban repitiendo; una línea de sangre siempre siempre acaba desarrollando los mismo patrones de comportamiento ¡Eso no puede ser casualidad!

-De acuerdo Sr. Santoro; somos un puñetero mensaje, ahora dígame ¿cómo es que el mensaje ha tomado conciencia de si mismo?

-¡Es posible! - respondió con entusiasmo Marcus - ¿Sabe como comenzaron los estudios de su hijo por esta materia? El Doc. replicante

-¡Señor Santoro, eso es una leyenda de la rednet! Un archivo que toma conciencia de si mismo y viaja por la rednet intentando contactar con usuarios crédulos ¿Se está aoyendo? Ni siquiera los niños de 10 años se lo creen. Por favor, dejémonos de estupideces ¿Mi hijo se encuentra bien?

CONTINUARÁ

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola,

¡POr fín me he puesto al día leyéndote! y eso que aún me quedan las memorias de una cabra.

Me gusta mucho leerte y espero que sigas este relato.

Nos leemos!