13 mar 2008

4.CASA ALRABEL, MI NUEVO HOGAR EN LA CAMPÁNULA

Yein vino un verano de vacaciones al Sur desde Dublín, conoció a Alfredo y ya no volvió a vivir en Dublin. Ahora cultivan naranjas, mandarinas y limones biológicos en Casa Alrabal, una finca del padre de Alfredo en donde se han construido una casa torcida.En realidad, y por lo que yo he visto, esto del cultivo biológico no es más que un eufemismo para evitar decir que no hacen nada. Porque existen dos tipos de cultivos: Uno; el normal, en el que el campesino tiene que plantar, sulfatar, abonar, enriquecer la tierra, matar bichos y cosas así, y otro, el biológico, en que el campesino no hace nada y le deja todo el trabajo a la madre naturaleza para luego pedir el doble de precio por sus frutas que en el cultivo normal. Así que tienen mucho tiempo para ellos mismo. Alfredo tiene el odioso entretenimiento del tiro al arco y todo el día anda con la mortal arma al hombro practicando; espero que un día no se vuelva loco y empiece a cazar cabras a diestro y siniestro... Y Yein, además de mirar como crecen sus frutas, se dedica a leer libros para una empresa editorial que le paga por dar su opinión. Otros muchos libros los lee para ella misma, aunque su gusto literario deja mucho que desear...Al principio me instalaron en el patio que hay tras la cocina, yo hubiera preferido la terraza de entrada, pero ya estaba ocupada por un chucho negro gigante que responde al nombre de Elvis y al que tengo que vigilar como un alcón; creo que tiene instintos cabricidas. En el patio de la cocina me construyeron un techado y me soltaron allí como si aquello fuera un palacio. Me quedé bastante desilusionada, pensaba que iba a vivir dentro de la casa, no soy una cabra cualquiera y necesito cultivar me y estar estimulada, y en aquel patio, que encima tenía cercado la zona de sembrado de lechugas, tomates y berengenas, mi mundo se reducía a manojos de hierba, un comedero, un bebedero y unas hortalizas que no me era imposible incarles el diente.-Mire Doña Yein - le dije una mañana plantándome de un salto en la ventana de la cocina - estoy algo insatisfecha...-No llames a mí Doña, tú y yo amigas-Pues si tú y yo amigas - le respondí aprovechando la observación - porque tú vives en la casa y yo vivo en ese gallinero reciclado-¿No tú gustas tu nueva casa Beba?-Preferiría vivir en la casa, ahí fuera nunca creceré intelectualmente ¿Cómo voy a cultivar me si lo que me rodea son dos berenjenas, un tomate y unos cuantos mondarinos? - Omití el ofrecimiento de un gorrión de la zona de quitarme una garrapata detrás de la oreja por considerarlo algo escatológico - además... aquí hay más bichos que en San Justo ...-Las cabras no viven en las casas Beba-Eso son sólo rumores malintencionados, las cabras somos muy hogareñas y unos perfectos seres - no me gusta usar la palabra animal - de compañía-¡¡Oh no Beba!! Tu harás pequeñas cacas por la casa, tu comerás cortinas, revistas y manteles y... bueno... Alfredo se enfadaría-¡¡Por Favor, pero que clase de cabra crees que soy!! ¿Tú te haces caca por la casa o te comes las cortinas? - y como no decía nada sentencié - ¡¡Pues yo tampoco!!-Yo creo tú Beba - y parecía que realmente me consideraba una cabra cívica y cortes para la convivencia - pero... si tú quiere vivir en casa tendrás que tomar uno baño todas las semanas y poner collar antipulgas, y bueno... Alfredo...-¡¡Oh vamos sólo tendrás que echarle la mirada!! Y respecto al collar antipulgas; me niego en redondo, yo no tengo pulgas-Oh si Beba, tú si tiene pulgas, todos bichos tienen pulgas; si no collar no casa.-Pero que no sea fosforescente. El chucho del Seve, el Moro, llevaba uno verde fosforito y parecía una rata del espacio mal peinada y por la noche era pavoroso, veías una línea fluorescente andar sola, como el Moro era negro... Tengo mi dignidad-¡Incredibol, una cabra de dignidad susceptible!-Una última cuestión - una cuestión que me tenía algo nerviosa - Tu Alfred... ¿Tiene costumbre de usar el arco dentro de casa?...

3.UN LARGO VIAJE, UN QUESO LETAL

Cuando ya mi olfato no soportó más aquel terrible aroma que inundaba el coche, decidí preguntarle a Yein-¿Todos los coches motorizados huelen de forma tan espantosa? No me extraña que el Severino prefiriera viajar en carreta-Seguro que hasta la cabra está sofocada con el queso ese - respondió Alfredo como si me hubiera oído-Hemos comprado un queso cabriales Beba-¡Pues ha de estar podrido señora! Al menos huele como tal ý si así es, sería mejor que lo tiraran - y lo decía muy preocupada; sólo el olor ya era venenoso.-No Beba, el queso es podrido; lo venden así, y no me llames señora, me llamo Yein-Perdone usted Doña Yein, pero quizás cuando seamos más íntimas... ¿Cómo es eso de que el queso es podrido? ¿Es que ya sabían que estaba malo?-Es un queso así, y ser muy bueno y caro; hasta tiene gusanos, lo que pasa... - y aunque lo decía como el colmo de las delicias, parecía sentirse culpable - es que yo antes abrí de queso porque tenía hambre, aunque cerré veri bien de queso, ahora huele todo coche y Alfredo es muy serio conmigo-Añada usted a la cabra en la seriedad; este tipo de actos tendrían que ser delito - y alzándome con toda la regia dignidad caprina de la que fui capaz añadí - Así que nos hallamos a punto de morir por un queso que emite gases letales-¿Qué tú sabes sobre gases letales? ¿No estás algo fantástica para ser una cabra Beba?Cierto que era una cabra, una cabra algo pequeña, que no enana; en mi infancia pasé una época difícil y eso afectó en demasía a mi crecimiento, ya sé sabe lo delicado que es el crecimiento. Pero ni mucho menos soy una cabra cualquiera. Soy una cabra inteligente y cultivada, he recibido muchas clases de mundología desde que la primavera pasada mandaron al pueblo al Padre Antón.El Padre Antón trabaja en la iglesia durante el día y en la tasca del Benito por la noche; se nota que es un hombre culto pero pobre. A la vuelta de su labor nocturna, pasaba por delante del corral del Seve de camino a la iglesia, y como vio que yo era un ser apegado al conocimiento e impaciente por aprender, comenzó a instruirme. Un día me hablaba de como era el mundo antes y como es ahora, otro me daba clases de historia y me hablaba de las Dos Grandes Guerras, otro me hablaba de los grandes inventos como la comida precocinada y las latas, que habían liberado al hombre del tiránico yugo femenino, en fin... temas de todo tipo, entre ellos las recetas del las migas y la ensaladilla rusa.En aquel momento, mientras íbamos falleciendo lentamente en el coche por la acción letal del queso, recordé que no me había despedido del Padre Antón y lo lamenté mucho, había sido un buen hombre, que pese a venir rendido de la Tasca del Benito; el pobre arrastraba los píes y se tambaleaba de agotamiento, hasta había veces que apenas era capaz de hablar, pero pese a todo, él se paraba casi todas las noches y me instruíaCuanto más avanzábamos en nuestro viaje más calor iba haciendo y más se extendía los letales gases por el coche, hasta que en un momento en concreto, Alfredo paró el coche, me sacó (al borde ya del desfallecimiento), saco el queso del maletero; una horrible masa informe de 5 kilos que se había medio derretido, y le dijo a su loca y amada esposa "El queso o la cabra; elige". Imagino que para Yein fue casi un alivio el ultimátum, porque aunque se negaba a reconocer que a ella el olor la molestaba tanto como a los demás, también estaba al borde de la muerte. Y allí, en el kilómetro 116 de la A 15 abandonamos el letal queso y huimos son que nadie nos viera. Aún así el olor nos acompañó el resto del viaje y los mozos de manguera de las gasolineras, en cuanto se acercaban y nos olían, nos miraban como apestados y ni siquiera le querían coger las propinas a Alfredo; quizás pensarían que sus monedas estaban contaminadas del queso letal y podían contagiarse...Muchas, pero que muchas horas después, llegamos a Alrabal; una explotación de naranjas en La Campanula, provincia del Sur...

2. SALGO DE SAN JUSTO

El Fabricante del Mundo, que es quien ha creado a las cabras, los hombres, los bichos y las cosas como la hierva, la avena y los brotes tiernos, debió de oír mi suplicas en un día vago, por eso agarró a los primeros que pasaban por delante de la casa de Severino, les dijo "Esta cabra necesita dar un giro a su vida, ocupaos vosotros" y, me tachó de su lista de Cosas Pendientes. Y allá que llegaron Yein; la giganta rubia, y el silencioso Alfredo; su marido. Al parecer estaban de vaciones por los montes de San Justo, aunque Yein dice que toda aquella zona se llama Villa de la Viciosa y que San Justo sólo es un pequeño lugar de la Villa, también añadio que la señora esa por la que le pusieron el nombre al sitio debió de ser verijot-Si, aquí las mujeres son todas verijot - le respondí algo resentida al ver que ella sabía más de la zona que yo - y los hombres, y los montes, y la huerta, a verijotes no nos gana nadieAlfredo, el marido de Yein, había olvidado su cumpleaños y en un acto de culpabilidad le dijo que le regalaría lo que quisiera, que pidiera por esa boquita, y Yein le dijo, en un arrebato de nostalgia vengativa, que quería una cabra. Pero no cualquier cabra, no una cabra como esas que hay por La Campánula, que parecen las supervivientes de una ecatombe; quería una cabra como las que tenía el vecino de su abuelo allá en Irlanda. Alfredo le dijo que si hacía falta se irían hasta el pueblo de su abuelo a por la cabra y entonces ella le echó la mirada y le dijo que la cabra la quería para su cumpleaños, y que su cumpleaños era hoy, y cruzándose de brazos dejo claro la firmeza irrevocable de su petición.Todo esto sucedía al mediodía, en La Tasca Benito, mientras se comían una tortilla de chorizo y se pimplaban unas cuantas botellas de sidra.Yo he estado una vez en La Tasca Benito; me escapé a recorrer el mundo y el Benito me pilló y me ató a una mesa hasta que llegó el Seve a buscarme, y ya de paso nos quedamos a ver a los ciclistas porque aquel día pasaba La Vuelta españa por delante,El caso es que en aquel lugar todo el mundo está pendiente de todo el mundo, y el Benito, viendo que aquel pobre hombre lo tenía difícil con la rubía gigante, que para él la hubiera querido de santa, le dijo en un momento que se arrimo a eso que el llama mostrador - El Seve; el vecino de la siguiente casa, tiene una cabra enana la mar de graciosa, dice que está hasta los mismísimos de ella, que anda encaramada por todos los lados y que todo se lo come, a mí me la ha querido encalomar varias veces, pero es tan poca cosa que ni para un arroz - Estas cosas las supe mucho después de haberme ido, si el día que el Benito me pilló llego a saber lo que hoy sé, allí mismo me da un ataque de ansiedad y es muy posible que no hubiera sobrevivido para contarlo.Y así acabaron Yein y su olvidadizo marido en casa del Seve; haciéndo tratos mientras la cabra se dormía.
Mientras Alfredo conducía y me miraba de reojo por el retrovisor, Yein me explico que nos dirigíamos muy lejos, al sur del país, a un lugar llamado La Campánula. Yo la escuchaba circunspecta mientras mi poderoso olfato no dejaba de percibir un extraño y horrible olor, un olor que casi me mareaba más que los propios vaivenes de aquel vehículo

1.MIS ORÍGENES

Era de día y sin embargo llovía. El cielo estaba tan plomizo que parecía que lo hubieran envuelto en una bolsa de plástico. Yo estaba a punto de bajar de mi tocón cuando vi al Severino bajar del hórreo y encaminarse hacía nuestro corral. Venía con su paso tranquilo, el palillo colgando de la boca, un cubo de maíz en una mano y un manojo de vallico en la otra, al andar se balanceaba de forma rara - eso es que lleva madreñas - me dije maravillándome de mi gran perspicacia; ya se sabe, a las cabras no se nos escapa nada.Las gallinas se pusieron todas emplumadas y comenzaron a cloquear corriendo hacía él patrón como si hiciera un siglo que no veían al Severino, sólo Lolón el gallo mantuvo su porte serio; cresta en alto pecho fuera, y no se movió ni un milímetro del techado hasta que el maíz fue volcado en el comedero; los gallos son arrogantes y estirados, y hacen lo posible por parecer diferentes y especiales.Estaba el Seve repartiendo el maíz y el verde entre gallinas y los indolentes conejos, cuando el Moro, ese chucho medio gordete y esquizofrénico que más parece una rata que un can, comenzó a ladrar como si fuera el fin del mundo y nos hubiera tocado el turno.El Severino soltó todo el verde a los conejos y sin percatarse que existía, se fue corriendo a la entrada. Pensaría que la cabra era la que más podía prescindir de alimentarse, no en vano somos animales duros y hechos a las inclemencias, además de, huelga decirlo, bellos, inteligentes y perspicaces, pero en nada amantes de la crueldad, y olvidar mi delicado estómago me pareció una crueldad innecesaria. Claro que todos los animales dicen que son la mejor de las razas, pero sólo en el caso de la cabra es verdad. Quizás por esa gran inteligencia que poseemos, comenzaba yo a darme cuenta que mi talento se estaba desperdiciando aquí en San Justo.En estas profundas cabilaciones andaba, cuando aparece el Severino con una tipa rubia gigantesca y un hombre que la llevaba de la mano. La rubia gigante se acerca al vallado del corral y mirándome suelta-Ouh darlin, eres presiousa-¡Y usted que lo diga! - respondí yo muy satisfecha y muy sorprendida añadí - ¿Usted me entiende? - y me baje del tocón para arrimarme un poco-¡Pues claro que si! Las muheres de mai famili siempre han podido hablar con animales-Pero... ¿Con todos o sólo con los superiores?Pero ya no me dijo nada más. Supongo que será sólo con los superiores; cabras y gatosLa giganta rubia se puso a hablar con el Severino mientras me señalaban y miraban, el hombre que le venía dando la mano a la rubia, permanecía callado, mirando alternativamente a la rubia y a mí. Luego el Severino cogió una cuerda de panocha, le hizo un nudo corredizo y me la echo al cuello. Por un momento creí que me iba a ahogar y luego clavarme en un espetón como me había contado Lolón que había visto hacer en la otra granja donde vivió, yo nunca había dado crédito a tales crueldades, pero cuando el Seve tiro de la cuerda apretándola hasta dejarme sin respiración, las historias de Lolón se me vinieron de golpe.-¡Biquerful campesino! - grito la rubia gigante mientras le arrancaba de las manos la soga y la aflojaba.Luego la giganta me acarició la cabeza con delicadeza y mirándome a los ojos me pregunto-Good, y tú ¿Cómo te llamas?Yo iba a decirle que como nadie me había puesto nunca un nombre, y el de Jodiacabra que me puso el Seve no me gustaba; no sé por qué me daba mala espina, yo misma me había bautizado con el nombre Airilinda de las Cimas y Escarpados Ventosos. Pero la giganta rubia, que ahora me tenía en brazos y me acariciaba con delicadeza de una forma muy relajante, no me dejo hablar- A ti Llamaré Beba-¿Cómo que me va a llamar Beba? - protesté molesta - Yo ya tengo un nombre, y huelga decir que bastante más bello y elaborado que Beba ¡Por favor! Si suena a cabra beoda ¡Cuánto más bonito es Arilinda! Y no sólo hay belleza en su sonido, si no que es un nombre propio de seres excepcionales como las cabras-Tú estás un poco fantástica Beba.-Señora, le he dicho que me llamo Arilinda de las Cimas y Escarpados Ventosos - y viendo que se tomaba muchas confianzas para ser una desconocida añadí - además, no sé a que vienen tantas confianzas, no se crea que por que nos entendemos ya somos íntimas... ni se piense tampoco que por darme un paseo ... ¡Oh un puñadito de avena! - y con delicadeza me comí la vena que me tendía la giganta - hace que no pruebo la avena...-¡Oh no, Beba! Tú no pasea conmigo, tu vienes a vivir conmigo ¿No es güondeful?, come bunita, tu comeEn ese momento me quedé traspuesta; me dormí como un lirón. Cierto que la forma de rascarme la cabeza de la rubia era muy relajante, pero yo creo que fue tanta la impresión, que mi cuerpo no lo pudo soportar, y en lugar de desmayarme como una mediocre gallina aterrorizada, decidí dormir: el sueño todo lo cura.Más tarde Yein, que así llamaba la rubia gigante, me dijo que con el puñadito de avena que me había dado, habían puesto unos polvo relajantes para dormir ya que me esperaba un largo viaje, pero creo que eso lo dice porque se siente culpable. El viaje resultó un poco movido y azaroso.Sea como sea el Fabricante del Mundo debió de oír mis suplicas y al fin mi vida daba un giro....